Acercándose ya a los 30 años de servicio, el Roig Robí empieza a ser considerado un clásico del panorama barcelonés.
Situado en pleno barrio de Gràcia, dispone de un local elegante en el que destaca especialmente una terraza-jardín, que es todo un oasis de tranquilidad en Barcelona.
Mercè Navarro y su hija reinterpretan en su local la cocina catalana más tradicional, transportándola en formato, textura y presentación a la actualidad gastronómica.
En la carta, en la que nunca faltan los arroces (hay que probar el de 'espardenyes' con alcachofas) y bacalaos, podemos encontrar también unas habitas y guisantes rehogados con butifarra y cebolla tierna, un filete de ternera dels Pirineus con tartita de acelgas, o el foie-gras a la sartén con escaloñas confitadas y uvas.
Conviene reservarse para sus postres, ya que algunos de ellos son magníficos. Entre ellos, el pastel de manzana con helado de vainilla, el cual es recomendable pedir al principio si no quieres tener que esperarte media hora para su elaboración.